Curiosidades
Jugando antes de la cena
En las costas heladas de Manitoba (Canadá), un oso polar parece olvidarse por un momento de la caza y se tumba panza arriba sobre el hielo. Rodar de un lado a otro, frotarse contra la nieve o simplemente tumbarse en el suelo gélido es parte de su comportamiento natural: con ello refrescan su cuerpo tras largas caminatas y, de paso, mantienen limpia su densa capa de pelo, fundamental para regular el calor en un entorno tan extremo.
La escena captada por el fotógrafo Johnny Hayward coincide con la llamada “temporada del oso polar” , cuando estos gigantes se concentran cerca de Churchill, el primer lugar de la bahía de Hudson donde se forma el hielo marino. Allí esperan el ansiado momento en que las aguas se congelen lo suficiente para salir a cazar focas. Hasta entonces, entre el hambre y la incertidumbre, algunos se regalan un respiro sobre la blanca alfombra helada, recordándonos que incluso los mayores depredadores del Ártico saben tomarse un descanso.